En nuestro camino espiritual, sanar no es solo una opción, sino una necesidad profunda del alma. Sanar es volver a nuestro centro, es recordar quiénes somos más allá del dolor, del mandato, de las heridas que no nos pertenecen pero que hemos heredado.
Mucho de lo que vivimos hoy —en nuestras relaciones, en nuestras emociones, en nuestro cuerpo— responde a patrones inconscientes no sanados, muchos de ellos heredados del linaje familiar o creados a lo largo de nuestras propias experiencias.
🌿 ¿Por qué es tan importante sanar?
Porque lo que no sanamos, lo repetimos.
Lo que no miramos, se manifiesta.
Lo que no liberamos, nos condiciona.
Sanar es un acto de amor hacia uno mismo, pero también hacia quienes vinieron antes y hacia quienes vendrán. Al hacerlo, cortamos cadenas, desarmamos repeticiones y abrimos nuevas puertas. La sanación nos permite vivir con más liviandad, más libertad y más conexión con nuestra esencia.
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